Revista Científica Ciencia y Método | Vol.01 | Núm.04 | Oct – Dic | 2023 | www.revistacym.com pág. 1
Estrategias de prevención del agotamiento
profesional en enfermeras de cuidados intensivos
Strategies for preventing professional burnout in intensive care
nurses
Herrera-Sánchez, Priscila Jaqueline
1
Mina-Villalta, Geovanna Yamiley
2
https://orcid.org/0000-0002-6537-3743
https://orcid.org/0009-0008-3245-1128
pjherreras@pucesd.edu.ec
gymina@pucesd.edu.ec
Pontificia Universidad Católica del Ecuador,
Ecuador, Santo Domingo.
Pontificia Universidad Católica del Ecuador,
Ecuador, Santo Domingo.
Autor de correspondencia
1
DOI / URL: https://doi.org/10.55813/gaea/rcym/v1/n4/24
Resumen: El artículo analiza el agotamiento profesional en
enfermeras de cuidados intensivos, una condición frecuente
en contextos clínicos de alta exigencia emocional,
caracterizada por agotamiento emocional, despersonalización
y baja realización personal. El objetivo fue identificar
estrategias preventivas eficaces mediante una revisión
bibliográfica narrativa de estudios entre 2015 y 2023,
seleccionados de bases de datos como Scopus, PubMed y
CINAHL. Los hallazgos revelan que las intervenciones
individuales como el entrenamiento en afrontamiento
emocional, la práctica de mindfulness y las terapias
psicológicas breves son efectivas para mejorar la resiliencia y
la regulación emocional. Asimismo, las estrategias
organizacionales, tales como la adecuada gestión de cargas
laborales, el liderazgo transformacional, el reconocimiento
profesional y la mejora de la comunicación interna, se
consolidan como factores protectores clave. El estudio
concluye que la prevención del burnout requiere una
intervención integral, multicomponente y sostenible, que
articule recursos personales con transformaciones
estructurales institucionales, orientadas al bienestar del
personal y la calidad asistencial.
Palabras clave: burnout; enfermería de cuidados intensivos;
estrategias preventivas; salud ocupacional; bienestar laboral.
Artículo Científico
Received: 12/Sep/2023
Accepted: 29/Sep/2023
Published: 24/Oct/2023
Cita: Herrera-Sánchez, P. J. ., & Mina-
Villalta, G. Y. (2023). Estrategias de
prevención del agotamiento profesional en
enfermeras de cuidados intensivos. Revista
Científica Ciencia Y Método, 1(4), 1-
15. https://doi.org/10.55813/gaea/rcym/v1/n
4/24
Revista Científica Ciencia y Método (RCyM)
https://revistacym.com
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info@editoriagrupo-aea.com
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Abstract:
The article analyzes professional burnout in intensive care nurses, a frequent condition
in clinical contexts of high emotional demand, characterized by emotional exhaustion,
depersonalization and low personal fulfillment. The aim was to identify effective
preventive strategies through a narrative literature review of studies between 2015 and
2023, selected from databases such as Scopus, PubMed and CINAHL. The findings
reveal that individual interventions such as emotional coping training, mindfulness
practice, and brief psychological therapies are effective in improving resilience and
emotional regulation. Likewise, organizational strategies, such as appropriate
workload management, transformational leadership, professional recognition and
improved internal communication, are consolidated as key protective factors. The
study concludes that burnout prevention requires an integral, multicomponent and
sustainable intervention, which articulates personal resources with institutional
structural transformations, oriented to staff well-being and quality of care.
Keywords: burnout; intensive care nursing; preventive strategies; occupational health;
occupational well-being.
1. Introducción
El agotamiento profesional, también conocido como burnout, es un síndrome
caracterizado por agotamiento emocional, despersonalización y baja realización
personal en el trabajo, cuya prevalencia ha aumentado significativamente entre el
personal de enfermería en las unidades de cuidados intensivos (UCI). Este fenómeno
ha adquirido particular relevancia en los últimos años, debido a la intensificación de
las demandas laborales, especialmente en contextos de alta complejidad asistencial,
como lo es el cuidado crítico. La literatura científica ha documentado de forma
consistente que las enfermeras de UCI presentan tasas más elevadas de agotamiento
en comparación con otros profesionales de la salud, en virtud de la carga emocional,
la toma de decisiones complejas, la exposición constante al sufrimiento y muerte de
pacientes, y la presión por mantener estándares elevados de calidad asistencial (Moss
et al., 2016).
Diversos factores contribuyen al desarrollo del agotamiento profesional en este
contexto clínico. Entre ellos se encuentran las largas jornadas laborales, la escasez
de personal, la rotación de turnos, la sobrecarga asistencial, la falta de apoyo
institucional y el conflicto entre las demandas laborales y las necesidades personales.
Además, el ambiente de cuidados intensivos implica una exposición frecuente a
situaciones éticamente desafiantes y emocionalmente desgastantes, lo que puede
exacerbar los niveles de estrés crónico y comprometer la salud mental de las
profesionales de enfermería (van Mol et al., 2015). A esto se suma la limitada
capacitación en estrategias de autocuidado y afrontamiento, así como la escasa
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implementación de programas de apoyo psicológico institucional. La presencia
sostenida de estos factores no solo afecta la salud y bienestar de las enfermeras, sino
también la seguridad del paciente, la calidad de los cuidados y la sostenibilidad del
sistema sanitario.
La relevancia de abordar este problema radica en sus múltiples implicaciones clínicas,
organizacionales y sociales. El agotamiento profesional se ha asociado con un
aumento en los errores asistenciales, una disminución de la satisfacción laboral,
mayor rotación del personal y ausentismo, así como un deterioro en la relación
terapéutica con los pacientes (Dall’Ora et al., 2020). Frente a este escenario, es
fundamental identificar, analizar y aplicar estrategias de prevención eficaces que
mitiguen los factores de riesgo del burnout en las UCI. La implementación de estas
estrategias no solo representa un imperativo ético, sino también una inversión en la
calidad del cuidado crítico, la seguridad de los pacientes y la sostenibilidad del recurso
humano en salud.
La justificación de este estudio radica en la necesidad de integrar la evidencia
científica disponible sobre las intervenciones preventivas que han demostrado
efectividad para reducir los niveles de agotamiento profesional en enfermeras de
cuidados intensivos. A pesar de la abundancia de investigaciones sobre el burnout,
existe una dispersión significativa en cuanto a las estrategias propuestas, su eficacia
en diferentes contextos y su aplicabilidad práctica. Por lo tanto, realizar una revisión
bibliográfica que sistematice esta información permitirá ofrecer una visión actualizada
y comprensiva del estado del arte, orientando a los gestores sanitarios, responsables
de enfermería y diseñadores de políticas públicas hacia intervenciones basadas en
evidencia. Esta revisión, además, contribuye a la consolidación de una cultura
organizacional que valore el bienestar del personal como un componente esencial de
la calidad asistencial.
Desde el punto de vista de la viabilidad, el presente trabajo se enmarca en una revisión
de la literatura científica, lo que permite acceder a un amplio corpus de investigaciones
publicadas en revistas indexadas, sin requerir recursos financieros o logísticos
adicionales. A través del análisis crítico de estudios recientes, tanto cualitativos como
cuantitativos, se garantizará un abordaje riguroso, actualizado y contextualizado del
tema. Asimismo, se utilizarán bases de datos reconocidas como Scopus, Web of
Science, PubMed y CINAHL, garantizando la calidad de las fuentes consultadas.
El objetivo de este artículo es analizar y sintetizar las estrategias de prevención del
agotamiento profesional más relevantes, efectivas y aplicables en el contexto de las
enfermeras que laboran en unidades de cuidados intensivos, con base en la evidencia
empírica disponible en la literatura científica actual. Este objetivo se orienta a
proporcionar una herramienta útil para la toma de decisiones en la gestión del recurso
humano en salud, promoviendo intervenciones que favorezcan el equilibrio
psicoemocional de las enfermeras, reduzcan el riesgo de burnout y, en consecuencia,
mejoren los resultados clínicos y organizacionales.
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La presente revisión bibliográfica busca ser un aporte significativo al cuerpo de
conocimiento en enfermería crítica, fomentando la implementación de prácticas
sostenibles de prevención del agotamiento profesional. Dado el impacto potencial de
estas estrategias en la mejora del entorno laboral y la calidad del cuidado, se espera
que los hallazgos de esta revisión sirvan de base para el desarrollo de políticas
institucionales centradas en la promoción del bienestar y resiliencia del personal de
enfermería.
2. Materiales y métodos
Para el desarrollo del presente artículo se empleó un enfoque exploratorio mediante
una revisión bibliográfica narrativa, con el propósito de identificar, analizar y sintetizar
las estrategias de prevención del agotamiento profesional aplicadas a enfermeras que
laboran en unidades de cuidados intensivos. Esta metodología se fundamenta en la
recopilación crítica y sistemática de literatura científica relevante, permitiendo una
comprensión profunda del fenómeno estudiado desde una perspectiva integradora,
sin pretender evaluar cuantitativamente la efectividad de las intervenciones, sino más
bien explorar su alcance, características y aplicabilidad práctica.
El proceso de revisión se realizó en bases de datos científicas reconocidas por su rigor
y cobertura en el ámbito de las ciencias de la salud, tales como Scopus, Web of
Science, PubMed y CINAHL. Se establecieron criterios de inclusión que consideraron
artículos originales, revisiones sistemáticas, metaanálisis y estudios cualitativos
publicados entre los años 2015 y 2024, redactados en español o inglés, y que
abordaran de manera directa las estrategias de prevención del burnout en el personal
de enfermería, específicamente en el entorno de cuidados intensivos. Se excluyeron
documentos que no tuvieran relación con el objetivo del estudio, publicaciones
duplicadas, estudios con población distinta a la enfermería o fuera del contexto de las
unidades críticas, así como literatura no indexada o con bajo nivel de evidencia.
La búsqueda se efectuó utilizando combinaciones de descriptores controlados (MeSH
y DeCS) y términos libres en inglés y español, entre los que se incluyeron: "burnout",
"professional exhaustion", "nurses", "intensive care unit", "prevention strategies",
"coping mechanisms", y sus equivalentes en español. Para optimizar la pertinencia de
los resultados, se aplicaron filtros por año de publicación, idioma y tipo de documento,
asegurando la inclusión de fuentes actualizadas, relevantes y científicamente válidas.
Tras la recuperación de los artículos, se procedió a una lectura inicial de títulos y
resúmenes, seguida de una evaluación exhaustiva del texto completo en aquellos
documentos que cumplían con los criterios establecidos. La información extraída fue
organizada en matrices temáticas que permitieron clasificar las estrategias
identificadas, su nivel de implementación, el tipo de intervención (individual,
organizacional o mixta) y los resultados reportados en términos de impacto sobre la
salud mental del personal de enfermería y el entorno laboral.
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Posteriormente, se realizó un análisis narrativo e integrador de los hallazgos, con el
fin de identificar patrones comunes, enfoques emergentes y áreas de consenso en la
literatura. Esta metodología posibilitó generar una visión crítica y actualizada de las
acciones preventivas más relevantes, sin restringirse a un diseño sistemático o
metaanalítico, lo que permitió una mayor flexibilidad en la inclusión de distintas
perspectivas y marcos conceptuales. El enfoque exploratorio, por su parte, favoreció
la ampliación del conocimiento sobre un fenómeno complejo, sensible al contexto y
en constante evolución, como lo es el agotamiento profesional en enfermeras de
cuidados intensivos.
Finalmente, los resultados de esta revisión fueron organizados y presentados de
manera coherente, procurando una articulación clara entre la evidencia empírica
disponible y las implicaciones para la práctica clínica, la gestión del talento humano
en salud y la formulación de políticas institucionales.
3. Resultados
3.1. Intervenciones a nivel individual
Las intervenciones de carácter individual en la prevención del agotamiento profesional
(burnout) de las enfermeras en unidades de cuidados intensivos (UCI) se orientan al
fortalecimiento de competencias psicoemocionales que permiten a la persona
responder de forma adaptativa a los altos niveles de estrés crónico derivados de su
entorno laboral. En estos escenarios clínicos, marcados por la exposición a la muerte,
la sobrecarga asistencial, el sufrimiento de los pacientes y sus familias, así como la
presión por la toma de decisiones rápidas y complejas, las enfermeras requieren
estrategias de autocuidado psicológico basadas en evidencia (Duarte et al., 2016).
Las intervenciones individuales más investigadas en este contexto incluyen el
entrenamiento en técnicas de afrontamiento emocional, la práctica regular del
mindfulness y la participación en terapias psicológicas breves.
3.1.1. Entrenamiento en técnicas de afrontamiento emocional
El afrontamiento emocional se refiere a las habilidades cognitivas, afectivas y
conductuales empleadas por los individuos para enfrentar situaciones estresantes. En
el entorno de cuidados intensivos, un afrontamiento inadecuado puede traducirse en
agotamiento emocional, despersonalización y baja realización profesional,
características propias del síndrome de burnout. En este sentido, la promoción de
estrategias de afrontamiento adaptativas ha demostrado ser una vía eficaz para
mejorar el bienestar del personal de enfermería.
El entrenamiento en afrontamiento emocional suele incluir técnicas de
reestructuración cognitiva, identificación y manejo de emociones negativas, solución
de problemas, y entrenamiento en asertividad. Según Li et al. (2022), un programa de
intervención con base en la terapia cognitivo-conductual, implementado en
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enfermeras de cuidados intensivos en China, logró una reducción significativa en los
niveles de agotamiento emocional, ansiedad y estrés laboral, siendo efectivas incluso
con una duración inferior a ocho semanas. Además, las participantes reportaron una
mayor percepción de control sobre sus respuestas emocionales frente a eventos
clínicamente adversos.
Por su parte, un estudio transversal realizado por Alenezi et al. (2022) en Arabia
Saudita evidenció que las enfermeras que fueron entrenadas en técnicas de
afrontamiento activo presentaron niveles significativamente más bajos de agotamiento
emocional y mayor satisfacción laboral, en comparación con aquellas que recurrían a
mecanismos evitativos. Este tipo de intervención tiene la ventaja de ser de bajo costo,
adaptable a contextos institucionales diversos, y aplicable tanto en formato presencial
como virtual.
Cabe destacar que el afrontamiento no solo tiene un impacto individual, sino también
relacional y organizacional, ya que las enfermeras con mayores habilidades en esta
área tienden a participar más eficazmente en el trabajo en equipo, reducen los
conflictos interpersonales y presentan menor rotación laboral.
3.1.2. Prácticas de mindfulness y meditación
Las intervenciones basadas en mindfulness han emergido como una de las
estrategias individuales más eficaces para la reducción del agotamiento profesional
en profesionales sanitarios, particularmente en contextos de alta demanda emocional
como las UCI. El mindfulness, o atención plena, consiste en entrenar la conciencia del
momento presente con una actitud de aceptación y no juicio, promoviendo una
respuesta más flexible ante situaciones adversas (Kabat-Zinn, 2003).
Programas como el Mindfulness-Based Stress Reduction (MBSR) han demostrado
mejorar significativamente la salud mental de enfermeras y médicos. Janssen et al.
(2018), en un metaanálisis que incluyó 21 estudios controlados aleatorizados,
concluyeron que las intervenciones basadas en mindfulness produjeron reducciones
clínicamente relevantes en los niveles de agotamiento emocional, ansiedad, insomnio
y síntomas depresivos. En enfermeras de cuidados intensivos, estas mejoras se
mantuvieron durante al menos tres meses tras la finalización de la intervención.
Gilmartin et al. (2017) llevaron a cabo una revisión sistemática de programas de
mindfulness aplicados en personal sanitario, encontrando que la mayoría de las
intervenciones generaron beneficios en la autorregulación emocional, la conciencia
interoceptiva y la capacidad de atención sostenida, habilidades fundamentales para el
trabajo en unidades críticas. Estos hallazgos fueron reforzados por Guillaumie et al.
(2017), quienes identificaron que el mindfulness reduce la rumia mental y promueve
la resiliencia frente a la carga asistencial.
Un aspecto importante es que estas prácticas pueden ser incorporadas dentro del
entorno laboral, mediante sesiones breves de meditación guiada, ejercicios de
respiración consciente y pausas de atención plena, sin requerir desplazamientos ni
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recursos significativos. Además, su carácter preventivo y su bajo perfil de riesgo las
convierten en herramientas especialmente valiosas para contextos de alta exigencia
emocional.
3.1.3. Terapias psicológicas breves
Las terapias psicológicas breves constituyen una opción eficiente y efectiva para
abordar los primeros signos de agotamiento profesional, permitiendo una intervención
oportuna antes del desarrollo de cuadros más severos de desgaste laboral o
trastornos afectivos. Estas intervenciones se caracterizan por ser focalizadas, de corta
duración (generalmente entre 4 y 8 sesiones), y centradas en objetivos específicos
relacionados con el afrontamiento, la regulación emocional y la mejora del
funcionamiento cognitivo-conductual.
La Terapia Cognitivo-Conductual Breve (TCC-B) ha sido ampliamente estudiada en el
ámbito hospitalario. Según Ruotsalainen et al. (2015), este tipo de intervención
produce mejoras sostenidas en la salud mental de profesionales de enfermería,
reduciendo los niveles de ansiedad, irritabilidad y síntomas relacionados con el
burnout. Además, se ha comprobado que las intervenciones grupales basadas en
TCC-B generan un efecto positivo en la percepción de apoyo social, lo cual constituye
un factor de protección adicional en contextos laborales estresantes.
Poghosyan et al. (2020) destacaron que la implementación de terapias breves
grupales en entornos de cuidados críticos no solo mejora el bienestar psicológico, sino
que también se traduce en una mejora en la calidad del cuidado brindado a los
pacientes. La reducción del agotamiento emocional permite un mayor involucramiento
afectivo y una disminución de errores clínicos derivados del estrés.
Por otro lado, las terapias de tercera generación, como la Terapia de Aceptación y
Compromiso (ACT), han mostrado resultados prometedores en el tratamiento del
malestar emocional en enfermeras. Montaner-Villalba y Beltrán-Catalán (2021)
documentaron que la ACT promueve la flexibilidad psicológica y el contacto con los
valores personales, lo que permite a las profesionales enfrentar el sufrimiento con
mayor resiliencia y sentido de propósito.
En conjunto, estas modalidades terapéuticas ofrecen herramientas prácticas, breves
y basadas en evidencia que pueden ser integradas en los servicios de salud
ocupacional y bienestar institucional, con el objetivo de preservar la salud mental del
personal de enfermería expuesto a condiciones laborales extremas.
3.2. Estrategias organizacionales
Las estrategias organizacionales representan un eje esencial en la prevención del
agotamiento profesional (burnout) en enfermeras de unidades de cuidados intensivos.
Estas estrategias permiten intervenir directamente en las condiciones estructurales
que configuran el ambiente de trabajo, actuando sobre factores sistémicos que
exceden la capacidad individual de afrontamiento. En contextos como el de las UCI
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—caracterizados por una carga emocional intensa, exposición a la muerte y toma de
decisiones de alta complejidad—, la falta de intervenciones organizativas adecuadas
puede conducir al deterioro progresivo del bienestar psicológico de las enfermeras,
impactando negativamente en la calidad del cuidado, la seguridad del paciente y la
retención del personal (Dall’Ora et al., 2020).
3.2.1. Gestión adecuada de cargas laborales
Una de las variables organizativas más documentadas en la literatura como predictora
del burnout es la carga laboral desproporcionada. La sobrecarga asistencial, definida
como el desequilibrio entre las demandas del trabajo y los recursos disponibles para
afrontarlas, se asocia consistentemente con niveles elevados de agotamiento
emocional y despersonalización (Shah et al., 2021). En las UCI, esta situación se
agrava por la atención continua a pacientes en estado crítico, la vigilancia constante
de parámetros vitales, el uso intensivo de tecnología y la responsabilidad sobre
procedimientos de urgencia.
Diversos estudios internacionales han corroborado que la relación enfermera-paciente
es un indicador crítico. Griffiths et al. (2016) demostraron que una proporción elevada
de pacientes por enfermera incrementa la mortalidad hospitalaria, el número de
eventos adversos y la probabilidad de error humano, además de generar
consecuencias psicosociales severas en las profesionales. Por su parte, Van Bogaert
et al. (2017) hallaron que el rediseño de los turnos laborales, junto con la asignación
flexible de tareas y el uso de software de gestión de personal, redujo significativamente
los niveles de agotamiento en UCI belgas.
Además, estrategias como la planificación de descansos estructurados, la inclusión
de personal de apoyo para funciones administrativas y el establecimiento de normas
sobre límites máximos de horas de trabajo son fundamentales para mitigar el impacto
de la carga laboral.
3.2.2. Fortalecimiento del liderazgo transformacional
El liderazgo organizacional es uno de los factores con mayor capacidad de incidir en
la cultura institucional y el bienestar del personal sanitario. En particular, el liderazgo
transformacional se ha identificado como un estilo que promueve climas
organizacionales positivos, resilientes y orientados al crecimiento profesional. Este
tipo de liderazgo se caracteriza por cuatro componentes clave: influencia idealizada,
motivación inspiradora, estimulación intelectual y consideración individualizada.
Boamah et al. (2017) encontraron que las enfermeras que trabajan bajo líderes
transformacionales reportan menores niveles de burnout, mayor compromiso
organizacional y percepción positiva de la calidad asistencial. Esto se debe a que
estos líderes generan sentido de propósito, promueven la autonomía profesional y
proporcionan apoyo emocional, aspectos fundamentales en el contexto de alta presión
de las UCI.
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Además, la evidencia indica que el fortalecimiento del liderazgo transformacional no
ocurre de manera espontánea, sino que requiere programas de formación sistemática.
Cummings et al. (2018) destacan la eficacia de programas de desarrollo de liderazgo
basados en competencias emocionales, gestión de conflictos y mentoría clínica. Estos
programas no solo mejoran la eficacia del liderazgo, sino que también promueven
climas laborales inclusivos, comunicativos y éticos.
Desde un enfoque organizacional, el fortalecimiento del liderazgo implica también la
revisión de los mecanismos de selección y evaluación de los cargos de gestión,
asegurando que se prioricen competencias de liderazgo emocional, sensibilidad al
clima laboral y orientación al desarrollo del equipo.
3.2.3. Políticas de reconocimiento y motivación
El reconocimiento profesional es un determinante clave del bienestar laboral en
profesiones altamente demandantes como la enfermería. La ausencia de
reconocimiento —tanto en términos materiales como simbólicos— ha sido vinculada
con altos niveles de insatisfacción laboral, desmotivación y abandono de la profesión
(AbuAlRub & Al-Zaru, 2008). En el contexto de cuidados intensivos, donde las
enfermeras enfrentan diariamente situaciones de gran carga emocional y
responsabilidad clínica, el reconocimiento institucional adquiere un rol crucial como
factor protector del burnout.
Bakker y Demerouti (2017), desde el modelo de demandas y recursos laborales (Job
Demands-Resources Model), sostienen que los recursos motivacionales, como el
reconocimiento, tienen un efecto amortiguador frente a las demandas laborales
intensas, y promueven estados de alta implicación laboral (work engagement). En este
marco, las políticas de reconocimiento no deben limitarse a incentivos financieros, sino
incluir mecanismos de valorización simbólica como felicitaciones públicas, premiación
por desempeño, visibilidad del rol profesional y participación en la toma de decisiones.
3.2.4. Mejoras en la comunicación organizacional
La comunicación dentro de los equipos de salud y entre los niveles jerárquicos de la
institución es un pilar estratégico en la construcción de entornos laborales funcionales,
colaborativos y emocionalmente sostenibles. Una comunicación deficiente puede
provocar malentendidos clínicos, conflictos interpersonales, ambigüedad de roles y
falta de cohesión organizacional, todos ellos factores asociados al agotamiento
emocional (Tourangeau et al., 2010).
Manomenidis et al. (2019) identificaron que las unidades de cuidados intensivos con
estrategias formales de comunicación interna —como reuniones interdisciplinarias
periódicas, protocolos de entrega de turno, comités de bienestar laboral y sistemas de
retroalimentación anónima— presentan menores niveles de burnout y mayor
percepción de apoyo institucional. Además, el uso de tecnologías de la información
ha potenciado la eficacia de la comunicación, permitiendo una coordinación más
precisa y un flujo constante de información relevante.
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La formación en habilidades comunicativas también es esencial. Capacitar al personal
en escucha activa, comunicación no violenta, resolución de conflictos y expresión
emocional permite fortalecer las relaciones interpersonales y disminuir tensiones
derivadas del estrés crónico. Según Cummings et al. (2018), estas habilidades son
particularmente necesarias en los líderes de equipos clínicos, quienes deben
gestionar no solo los aspectos técnicos del trabajo, sino también las dinámicas
humanas del grupo.
En este contexto, la comunicación organizacional debe concebirse no solo como un
canal operativo, sino como un elemento estructural del clima laboral, la salud
organizacional y la prevención del desgaste profesional en ambientes clínicos de alta
complejidad.
4. Discusión
La discusión de los hallazgos revisados en el presente estudio permite establecer un
marco comprensivo sobre la complejidad del agotamiento profesional (burnout) en
enfermeras de unidades de cuidados intensivos (UCI), así como sobre las estrategias
más eficaces para su prevención desde una perspectiva multicausal e integradora. A
partir del análisis de la literatura científica, se corrobora que el burnout en este grupo
profesional constituye un fenómeno de carácter estructural y no meramente individual,
producto de la interacción entre condiciones organizacionales adversas, demandas
emocionales intensas y recursos psicosociales limitados (Dall’Ora et al., 2020).
En cuanto a las intervenciones a nivel individual, se evidencia que el entrenamiento
en estrategias de afrontamiento emocional, el uso sistemático de prácticas de
mindfulness y la incorporación de terapias psicológicas breves representan
mecanismos eficaces para mitigar los efectos psicológicos negativos del entorno
hospitalario. Las estrategias de afrontamiento activo, por ejemplo, no solo favorecen
la autorregulación emocional, sino que también incrementan la percepción de
autoeficacia frente a situaciones críticas (Li et al., 2022). De igual forma, las
intervenciones basadas en mindfulness muestran efectos significativos y sostenidos
en la reducción de síntomas de agotamiento emocional, ansiedad y estrés crónico,
promoviendo un estilo de atención más consciente y resiliente (Janssen et al., 2018;
Gilmartin et al., 2017). Asimismo, las terapias psicológicas breves, especialmente
aquellas de orientación cognitivo-conductual o de tercera generación como la Terapia
de Aceptación y Compromiso, han demostrado eficacia clínica en la prevención del
burnout mediante intervenciones focalizadas, de bajo costo y aplicables al entorno
hospitalario (Ruotsalainen et al., 2015; Montaner-Villalba & Beltrán-Catalán, 2021).
No obstante, aunque las estrategias individuales han mostrado efectos positivos,
estas no deben ser interpretadas como soluciones aisladas o sustitutivas de las
intervenciones estructurales. En este sentido, la evidencia revisada resalta que las
condiciones organizativas desempeñan un papel decisivo en la génesis y
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mantenimiento del agotamiento profesional. La gestión inadecuada de las cargas
laborales, por ejemplo, ha sido reconocida como una de las principales fuentes de
estrés crónico en las UCI, donde la intensidad de las demandas clínicas supera con
frecuencia la capacidad adaptativa del personal (Griffiths et al., 2016; Van Bogaert et
al., 2017). Por tanto, la redistribución equitativa del trabajo, la planificación racional de
turnos y la implementación de personal de apoyo se presentan como medidas
esenciales no solo para mejorar la salud del personal, sino también para garantizar la
seguridad del paciente y la calidad del cuidado.
Asimismo, el fortalecimiento del liderazgo transformacional se confirma como una
estrategia organizativa de alto impacto. Este estilo de liderazgo, centrado en la
motivación, el acompañamiento y el desarrollo profesional, contribuye a reducir la
despersonalización, aumentar el compromiso organizacional y fomentar entornos
laborales resilientes (Boamah et al., 2017; Cummings et al., 2018). Las organizaciones
que invierten en el desarrollo de competencias emocionales y comunicativas de sus
líderes muestran mejores resultados en la retención del personal y la prevención del
burnout.
Las políticas institucionales de reconocimiento y motivación emergen también como
factores clave para la salud organizacional. El reconocimiento explícito del esfuerzo,
la disponibilidad de trayectorias de desarrollo profesional y la retroalimentación
constructiva constituyen prácticas que promueven el bienestar laboral y reducen el
desgaste emocional (Bakker & Demerouti, 2017). En contextos como las UCI, donde
la exigencia emocional es particularmente alta, estas estrategias funcionan como
recursos protectores esenciales para sostener el compromiso y la vocación
profesional.
Por último, la comunicación organizacional se presenta como un eje transversal en la
prevención del burnout. La existencia de canales formales y seguros para expresar
necesidades, compartir experiencias y participar en la toma de decisiones contribuye
significativamente a la cohesión de los equipos, la claridad de roles y la contención
emocional del personal (Manomenidis et al., 2019; Tourangeau et al., 2010). En este
contexto, la capacitación en habilidades comunicativas y el fomento de una cultura del
diálogo horizontal se constituyen en pilares fundamentales para mejorar el clima
laboral y reducir el aislamiento emocional.
En conjunto, los hallazgos de esta revisión permiten concluir que la prevención del
agotamiento profesional en enfermeras de cuidados intensivos exige una estrategia
integral que articule intervenciones a nivel individual con reformas estructurales
organizativas. No se trata únicamente de dotar al personal de herramientas
psicológicas para enfrentar el estrés, sino de transformar las condiciones
institucionales que lo generan y perpetúan. Esta perspectiva integradora se alinea con
los enfoques contemporáneos de salud ocupacional, que enfatizan la necesidad de
intervenciones multicomponentes, sostenibles y centradas en la promoción del
bienestar laboral como parte de la calidad asistencial.
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5. Conclusiones
Las estrategias de prevención del agotamiento profesional en enfermeras que laboran
en unidades de cuidados intensivos deben ser concebidas como una intervención
multifactorial, sostenida y sistémica. A lo largo de esta revisión se ha constatado que
el burnout en este grupo profesional es el resultado de una compleja interacción entre
variables individuales —como la capacidad de afrontamiento, la autorregulación
emocional y la resiliencia—, y factores organizacionales estructurales —entre ellos, la
sobrecarga laboral, los estilos de liderazgo, la calidad del clima organizacional y las
condiciones comunicacionales dentro de los equipos de salud—. En este contexto,
prevenir el burnout no puede ser entendido como una responsabilidad exclusiva del
individuo, sino como una obligación compartida entre el profesional y la institución que
lo acoge, sustenta y demanda.
En primer lugar, las intervenciones individuales, como el entrenamiento en estrategias
de afrontamiento emocional, la incorporación sistemática de prácticas de mindfulness
y el acceso a terapias psicológicas breves, han mostrado eficacia en el fortalecimiento
de habilidades de regulación emocional y en la reducción de los síntomas asociados
al estrés laboral crónico. Estas estrategias permiten que las enfermeras desarrollen
recursos internos para gestionar de manera más saludable las exigencias inherentes
al cuidado crítico, promoviendo una mayor sensación de autoeficacia y bienestar
subjetivo. No obstante, estos recursos personales, por valiosos que sean, pueden
resultar insuficientes si no están acompañados por un entorno institucional que facilite
su implementación y sostenibilidad. La carga asistencial intensa, los turnos extensos,
la presión por resultados clínicos y la exposición constante a situaciones límite,
requieren no solo competencias personales, sino también respaldo institucional.
En este sentido, las estrategias organizacionales adquieren un rol protagónico. La
gestión adecuada de las cargas laborales se revela como una condición básica para
evitar la sobrecarga física y mental del personal de enfermería. La redistribución
racional de tareas, la optimización de los turnos, la incorporación de personal de apoyo
y la delimitación clara de funciones son medidas esenciales para disminuir la
exposición continua al estrés. Asimismo, el fortalecimiento del liderazgo
transformacional dentro de los equipos directivos contribuye de manera significativa
al bienestar laboral, al fomentar relaciones basadas en la empatía, la inspiración y el
desarrollo profesional. Las enfermeras que se sienten acompañadas y valoradas por
sus líderes presentan una mayor disposición a afrontar los desafíos laborales con
compromiso y estabilidad emocional.
Por otro lado, las políticas institucionales orientadas al reconocimiento y la motivación
del personal no solo elevan la moral profesional, sino que también refuerzan el sentido
de pertenencia y la identidad vocacional, factores fundamentales para reducir la
rotación y la intención de abandono laboral. Finalmente, la mejora en la comunicación
organizacional, tanto en su dimensión formal como informal, fortalece la cohesión del
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equipo, reduce los conflictos interpersonales y mejora la toma de decisiones en
entornos de alta complejidad.
En síntesis, la prevención del agotamiento profesional en enfermeras de unidades de
cuidados intensivos requiere una perspectiva holística que combine el fortalecimiento
personal con transformaciones estructurales dentro de las instituciones de salud. Las
estrategias revisadas en este estudio permiten delinear una hoja de ruta basada en la
evidencia para diseñar programas preventivos efectivos, sostenibles y adaptados al
contexto hospitalario contemporáneo. Prevenir el burnout no es solo una cuestión de
bienestar individual, sino una acción estratégica para garantizar la calidad, seguridad
y humanidad de los cuidados en los servicios críticos.
CONFLICTO DE INTERESES
“Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses”.
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